domingo, 3 de agosto de 2008

TU CABALLO DE MAR...

Tiendo la alfombra sobre mi pecho. Siembro una rosa en mi ombligo, organizo el césped que va desde la rosa hasta el punto donde tu pasión acicala mi intención. Rodeo mi hombro de una enorme cerca blanca atrapando las gallinas blancas mientras las negras huyen en un cacareo apresurado. Riego en las hendiduras de mi abdomen las primeras gotas de río que alarman los cines, y alborotan los tucanes. Estoy en el proceso de construcción. Elaborando sobre mi cuerpo una maqueta del paraíso que te espera en el centro de mi alma. Mi mente se sumerge en tus besos, en tu sonrisa exaltada, y en la timidez cauta de tus ojos. Mi amiga pregunta: ¿es amor? Si, es amor. Es ese amor que sólo se siente una vez. Esa sensación de mil caballos cabalgando sin riendas entre los hipódromos de mis costillas, descendiendo sobre las cuevas de que los osos polares han elaborado bajo mis rodillas. La nieve cayó sobre mis pies, los pingüinos volaron, los osos cantaron y hasta los sapos bailaron flanco en esa tarde que el brillo de tu mirada y el metal que adorna tu sonrisa se apoderaron de mis metas, sueños y anhelos. Los días pasan y espero de nuevo el calor de tu respiración en mí nunca, pronto estarás recitando poemas a mis oídos. Juntos organizaremos nuestra boda a orillas del mar. En un suspiro te diré “te amo”. En tres suspiros me dirás que siempre me amaras, y al caer el sol, con un beso sabor a chocolate como el primer día, nos perderemos en la arena para desaparecer en un cortejo de locos enamorados, con tu amplia sonrisa, tus pequeñas manos sobre mis ojos, y tus pies en mis muslos, imitando un juego infantil, un juego que pretendo terminar en esa ola que se aproxima, en aquella que mágicamente me convertirá en tu caballo de mar, y tu en mi adorada perla, la misma que amaré hasta el día que los mares se sequen al calor de un rayo de sol…

2 comentarios:

VALENTIN dijo...

Sabes Dito? Yo tengo un sueño edificado y no sería capaz de derrumbarlo, esa esperanza me hace morder en ocasiones mi dedo indice, fuerte, tan fuerte que no me permita dejar escapar mi llanto ocasional que aprisiona todas mis arterias; ese que el mismo cielo conoce, el mismo que sin un por qué está presente en mi vida y me fortalece aunque dancemos ocasionalmente música diferente, creo en esa esperanza que sin lugar para nadie más en mi corazón pienso día y noche, la misma que me pone cuesta abajo cuando canciones, situaciones y cotidianidades me hacen recordar con ternura eso que añoro. Extrañar es una forma de amar, y si tengo que compartir mis días venideros así, lo haré con gusto hasta verlo hecho realidad.
Un abrazo!!!!

Roy Jiménez Oreamuno dijo...

Sabes que belleza como tus alegorías transfieren esa vida de todo lo que está vivo, en el fulgor de un cuerpo humano.

Haces un perfecto complemento, frase a frase, y me parece ver en mi mente, todo eso que describes con tanto detalle y sutiliza.

Al final que las olas nos revuelquen, ojala de amor y de sal, y que jamás los mares se sequen al calor de un rayo de sol, que desea sumergirse hasta lo más profundo de nuestros mares, que acarician nuestros cuerpos, y los humedecen con sabor y amor, en pura sal.
Saludos