sábado, 1 de noviembre de 2008

LA SAL DE MIS LÁGRIMAS...

Hoy hace año lo comprendí, entendí que promover tu partida era la mejor opción. Hace un año, en esta mañana, me levantaba con tus aromas en la piel, con tus delirios secos sobre mis mejillas, con el pecho rojo de tanta pasión y la mirada fija en el techo al conocer mi decisión. Te miraba dormir junto a mí, aquella vez observe las almohadas más que de costumbre, sentí las sabanas en la desnudez de mi espalda. Los sentidos buscaban una explicación, el corazón una esperanza y la razón la mejor forma de decir, “no más”. Hace un año sonrías frente a mí con los ojos apagados, mientras tus piernas buscaban intensamente las mías. Sonreías sin saber mi estrategia, sin conocer nuestro destino. La mañana se quebró, la tarde se asomó, la pasión fugaz de la piel retorno, el tiempo se consumió y el final llegó. Fue nuestra mañana, la tarde fatal, recuerdo mi camisa blanca, recuerdo como un espejismo tu cuerpo, en mis parpadeos puedo ver tu mirada, la ultima, la que se llevó la llovizna del 31 de octubre, esa misma que veo caer gota a gota sobre las plantas de mamá, esas mimas que traen consigo el frío de tu ausencia, la locura elocuente que promuevo para evitar retroceder. Esas gotas que vienen impregnadas de reflejos, de muecas que se parecen a las mías, a estas que llevo en mi rostro día con día para ocultar la añoranza de tus besos, el roce maquiavélico de tu barbilla y tus labios sobre mis rodillas. El tiempo no se detiene, en una tautológica que concientemente cometo, tus sonrisas divagan en mi mente, llamadas esperadas que llegaron y se fueron, un “te amo” salió de tus labios hace dos meses y lo dejé partir. Hoy te extraño, me acorde de las tardes de verano juntos, hoy me despedido de nuevo de ti en el intento inútil de no mirar atrás y ser eternamente una estatua de la sal de mis lágrimas...

3 comentarios:

Roy Jiménez Oreamuno dijo...

Que difícil es dejar ir a alguien de nuestras vidas, y lo más difícil es dejar ir nuestros recuerdos esos que nos provocan nostalgias y recuerdos dulces y amargos.

Las despedidas son difíciles y más cuando estas van junto con las lágrimas del adiós.
Saludos

VALENTIN dijo...

mmmm! Que parte de esa complejidad amorosa no divorcias? ... aveces nos quedamos atrapado en los recuerdos de caricias y personas que jugaron con nuestros sentimientos; ahí es cuando me pregunto: Vale la pena mirar hacia atrás? Qué tanto vale la pena volver a interntarlo, cerciorarnos que tenemos la otra mejilla sin bofetear?
Concuerdo con Roy en el caso de las despedidas; pero puedo decirte que mi filosofía amorosa es "algo" arrogante y extraña aveces, cuando siento que no soy correspondido de igual manera (sin solicitar cariño o mendigarlo) es probable que abandone el terreno; sin rendirme del todo, es parte del respeto a mi dignidad; cuando divorcio mis sentimientos en una relación, es por que he agotado todas las posibilidades antes de llegar a la desicion final (estoy disparateando un poco, pero me entiendes, cierto?) ...
Tranquilo pequeño, algunas cosas logran fortalecernos y si sigues llorando, es probable que las lágrimas no te dejen contemplar las estrellas al anochecer o la claridad del día soleado. Capicci?
Un super abrazo con una gran sonrisa! Ya casi! ...

Diana Milena dijo...

Recuerdos que se anidan tan profundamente, en el fondo del alma, del ser... No se tienen que olvidar, no queremos; sin embargo hay que saber lidiar con el pasado, aprender, seguir y vivir mejor. TU SABES QUE YO, TU AMIGA, LO ENTIENDO, TE ENTIENDO. Un beso y un abrazo, te quiero!