lunes, 29 de marzo de 2010

LA PRUEBA...

Entonces él estaba ahí sintiéndose examinado, como en un parcial entre sensación y percepción, la pregunta no cuestionaba su percepción de la realidad indagaba en su sensación. No sabia que sentía, no sabia si aún sentía, los días pasaban desde aquella última vez que sintió su corazón cabalgar sobre sus costillas. Se preguntó entonces qué puedo sentir, la verdad no lo supo, tal vez inquietud, quizá ansiedad por conocer los ojos claros que pudo intuir a través de unas pocas palabras. No intentó averiguar mucho, pues no esperaba nada de nadie, la vida le enseñó a no depender, la vida le mostró una tarde que lo mejor era descansar sobre las aguas del destino sin pretender guiar su cause, simplemente comprendió que “Dios no juega a los dados”, que las aguas son impulsadas por un flujo divino que contiene la sabiduría del universo. Seguía sin saber qué responder, pero absorto con la cualidad de su cuestionante, pues nunca imaginó una noche que Nostradamus no pudo predecir; una noche donde Castel dedicará versos a Benedetti, y este en su mutismo pretendiera responder. Los minutos pasan, la prueba se termina, el papel continúa blanco. No podía sentir, pensaba y percibía, percibía que quizá esos ojos claros eran como todos, brillaban por momentos y se apagaban con los días: como faroles que prenden y apagan, pero quizá son como luceros que aunque no brillan en el día siempre siguen ahí. Se decidió por responder, se arriesgó a cometer un imprudente plagio, y simplemente contestó lo siguiente en su prueba de sensación, esperando impaciente su calificación: “Vamos, invíteme a conocerle. Pero no me diga que piensa, dígame sin pensar, qué siente. Vamos, invíteme a conocerle. Sonría, sonría simplemente...”

2 comentarios:

Roy Jiménez Oreamuno dijo...

A veces es mejor no pensar mucho y dejarnos llevar por nuestro instinto animal, y no ser tan racionales. Pero si eso solo lo enseñan los años, y al final del camino, podríamos reflexionar y dejarnos llevar por algo de pasión desenfrenada.

Una sonrisa puede cautivar al universo.
Saludos

DITO dijo...

Gracias Roy, tienes razón, me encantó tu frase... "una sonrisa puede cautivar el universo". Abrazos =)