lunes, 7 de febrero de 2011

SONRISA FÚNEBRE...


Esta noche no puedo más, el dolor es infinito, las nauseas se cruzan con el llanto en la garganta. Me ahogo con mi ego, vomito los restos de mi alma pura, me trago los suspiros, de rodillas contra el suelo intento de recuperar la razón. Hoy no puedo más, el cuerpo duele, el estomago amenaza, la perfección sangra, la soledad bellamente luce su vestido blanco en la esquina de la habitación; tan fuerte, tan llena de orgullo como la primera vez que la encontré en un callejón. Hoy quiero arrancar todo, destruir mis venas, desgarrar mis cabellos, sacar mis ojos, no quiero nada que duela, no quiero más humanidad, no quiero más de esto, no quiero más piel, no más huesos, no más lágrimas, no más soledad. No resisto ver en las mañanas sus cabellos rubios, en las tardes sus labios rojos, en las noches sus ojos de esmeralda que me miran con desdén, con el toque de la ceja perfecta que no es nada más que la burla a la posición fetal en la que se sumerge el cuerpo cuando la esperanza termina. Odio mis pulmones, malditos, no respiren más, descansen, permítanme descansar, quiero dormir, quiero un sueño eterno. Quiero una tumba donde mi cuerpo se pudra en la inmundicia de mi alma, quiero un refugio donde nadie observe mi último pecado, la muerte del niño que juega con sus perros cada tarde, el mismo niño que escribe agitado estas letras, el mismo niño que está tan oculto en este hombre, como se ocultan las estrellas del sol. No quiero manta, sólo quiero el frio de la noche, no te quiero a ti, no quiero a nadie, no quiero tu lastima, me conformo con la mía. Me condeno a mi mismo, como el dios supremo que soñé ser, como el humano que una noche de febrero decidió interrumpir el flujo de vida que corre por los caños de esta incipiente presencia. Hoy un humano que se rinde, mañana un alma que divaga, un suicidio simbólico que no necesita tumba, el hueco oscuro está cavado hace muchos años entre el esternón y la columna, para qué otra lapida, si tengo la perfecta, la sonrisa fúnebre tan amada y admirada, tan perfectamente diseñada, pero acércate detenidamente que seguramente la cabeza de un gusano escapará por la esquina de mis labios…

1 comentario:

VALENTIN dijo...

Querido Edu, a veces "hay que hacer una pausa para continuar"
Te dejo un fuerte abrazo!!!!