domingo, 16 de mayo de 2010

INTUICIÓN AVENTURERA...


Hace pocos minutos desperté de mi segundo sueño, no pienses que amaneció para mi, sólo que mi día empezó muy temprano, y al caer la tarde Morfeo tocó mi hombro, sucumbiendo de nuevo a la tentación. Hoy es un día en particular hermoso, debería decir una tarde, en este preciso momento los rayos de sol atraviesan mi ventana para caer sobre los bordes de mis labios, sabias qué el sol besaba, al parecer si lo hace; junto a un beso tibio ahora te escribo. No pretendo decir que eres la emancipación del pensamiento filosófico, porque no te gusta oírlo pero si te gustará te lo diría aún sin haber escuchado tu voz. Recogiendo mis recuerdos, vuelvo a aquel día en el que paseabas tu sonrisa por las vías de la locomotora, estando ahí mi intuición aventurera, mi corazón impulsivo, mi razón perezosa, comenzaron a debatirse en duelo, justo cinco metros frente a tus ojos. Mi razón decidió dormir, mi corazón prefirió callar, ser un espectador silencioso de las coloridas silabas que empezarían a brotar de la intuición. La intuición, comenzó a deambular, por tus orejas, tus cejas, tu cabello, tus manos, se regocijaba entre tus zapatos e intentaba verte sonreír pero queda exhausta con tu continua expresión de espera. Recorrió tu cuerpo, tu esencia, intento entrar a tu mente, acarició tus pensamientos, pero ellos inseguros se perdieron en lo más profundo de tu inconsciente, dejando la conciencia, dejando a la pobre intuición con la mano estirada y la intención sobre la mesa. Sin embargo, la intuición se alimenta de mucho más que caricias, de postres en la mesa, y aún viendo tus pensamientos hundirse en aquel lago cristalino que al partir hace un oscuro mar, pudo captar algo de ti. La intuición volvió a mis sentidos, despertó al corazón que para ese momento había dormido a la orilla de la razón, los encontró en un pacto, en su primer pacto, tan callados, tan inocentes, como cachorros de león que duermen a luz del sol. Ellos despertaron, miraron mi intuición, esperando la respuesta, ella sonrió y les susurro, “puede ser lo que buscan, tiene mucho de ti “razón”, creo que tendrían tardes sin parar de hablar sobre tus teorías favoritas”, la razón te quedó mirando fijamente, fijamente a ti. Luego, comentó al corazón, “creo que gusta del verso como tú, creo que podría escribirte unos cuantos, o tú en una tarde de domingo le habrás escrito varios”. En ese momento quedé ahí, con el sincretismo en la mente, con tu recuerdo regado en el silencio, como quedo ahora, intentando dibujar una imagen que muestre tu morada, donde yace tu cuerpo…

1 comentario:

VALENTIN dijo...

Sabías que me encantan las canciones de ALejandro Sanz? Es sin duda alguna esta, una de mis canciones favoritas de este artita ...
El corazón a veces le gana a la razón y la misma es momentanea, una circunstncia, una verdad incomprendida, una espera ...
Te abrazo !!!