miércoles, 19 de mayo de 2010

"Y ME VES JUGANDO A NO EXTRAÑARNOS"...


Sé que sigues aquí, te puedo sentir, sé que aún no te has marchado, gracias por recordarlo. A decir verdad lo había olvidado, olvide tu forma particular, tus frases cotidianas, los amaneceres intentado sentir tu aroma. Si, había olvidado, lo había intentado. En ocasiones, no sé la causa, pero tu cuerpo se acuesta a mi costado, oigo tu voz, siento tus piernas como un rio sin cause surcando mi torso. No dejan de sonar los platos en la cocina, el ruido del café cayendo sobre la taza, la sonrisa de tu hermana, los ojos gemelos que robé a tu sobrina o que quizá ella me robó una noche a mi, mientras me encontraba distraído contando los restos de arena de mar sobre tu cuerpo. Cuándo acariciarás lo perfecto de mi letra, lo perfecto de mi rostro, lo imperfecto de mi alma. Cuándo harás el amor este cuerpo tibio, a esta alma fría. Cuándo lamerás mi sonrisa, cuándo asfixiaras mis aires en tu aroma. Muchas horas han pasado, días, meses, años y sobre esto no hablamos más. Conversamos como si nada pasara, me ves, te veo, callas, me callo. Pregunto, respondes, escribes; no a mí, pero lo haces. Besas, porque lo sé, lo he sentido, mis labios convulsionan cuando los tuyos muerden la tentación, no dejas de caer, aunque siga mi recuerdo, no paras, detente ya. Sigo aquí, soñando, cantando, cabalgando sin parar los fines semana para evitar pensar, sumergido bajo el agua para intentar dormir, ignorándote para olvidar tu silencio, para borrar tu promesa. La distancia, no está haciendo su tarea, se ha escapado en nuestros descuidos, a escavado un profundo hueco donde almacena los momentos, miradas, palabras; un profundo abismo donde todo cabe, donde el tiempo no lo destruya. Dime lo qué sientes, dímelo una vez, dímelo dos; dime que sientes, que sientes algo, que sientes lo profundo de esta fosa que se agrieta sin parar entre los costados de mi turbio corazón, de mis frases adornadas, de mi anhelada vida…

2 comentarios:

Roy Jiménez Oreamuno dijo...

Increíble la intensidad de sentimientos y emociones puede desatar otro ser humano n nuestras vidas, y a pesar de la partida, no deseamos dejarlo partir de nuestro lado y de nuestra mente.

El corazón se niega a terminar su luto.
Saludos

maniaurbana dijo...

Y en donde te has metido dito, donde está la música de tu pluma...