miércoles, 21 de mayo de 2008

TE QUIERO...

Difícil no sentir miedo cuando el monstruo asoma su sombra por el borde de la cama. El miedo, no es sinónimo de no querer, por el contrario, es por querer que se teme, es por querer que el inconciente busca razones inexplicables para llevarlas a la conciencia en medio de cejas fruncidas y huidas repentinas. Es más fácil huir e intentar inútilmente desaparecerte de mi mente, que enfrentar lo que sucede. Este acertijo, que se disfraza de sueños, de frases delicadas y precisas, y que en la oscuridad de mi casa te permite verme, ver mi mundo, conocer de mí, conocer todo, llegar al punto de percibir entre las sombras una familia que te adoptaría, una familia que estaría dispuesto a crear con mis manos en un mundo lejano donde tus inseguridades sean mi inspiración y mis temores no sean más que el aliento de tu poesía sobre mi piel.

No puedo culpar a los años de mi visible inestabilidad, me declaro confundido, inseguro, no dejo de temer. Mis días han sido tuyos, y desde el momento que me paré frente a ti mi corazón saltó, cada noche, mañana, tarde, no importa el orden, salta con tu recuerdo. Una rutina se ha vuelto pensarte, una para la que debo prepararme y concentrarme, pues sé que mi mente causará dolor en mi pecho cuando los hilos de tu respiración crucen las fronteras y tejan el más tibio suéter sobre mis hombros. Te extraño. La vida se puede tornar confusa, los temores cada segundo más grandes, pero anoche, por primera vez en mis oraciones estuvo tu nombre, ese que mismo que tan hermoso me parece, ese mismo por el que pedí encontrarme una tarde, bajar de los cielos, y abrazar con la fuerza que sólo conoce el profundo sentimiento de no tenerte.

La mañana aquí empieza, y yo me preparo para un día contigo. El sol brilla intensamente, un frío suave sacude las cortinas, el carro amarillo ha desaparecido, miro las uvas y te recuerdo. No dejo de verme parado en la puerta de tu casa con ellas y un jardín de flores, una enorme sonrisa y unas palabras elocuentes para pedir tu mano, atraparla entre mis dedos para nunca soltarla. Yo sigo aquí, recreándome en tus palabras, brincando con un maletín de rosas entre tus melodías, imaginando un amanecer acariciando tus mejillas mientras descansan sobre este apacible lugar que palpita por ti. Te lo repetiría mil veces te extraño, tengo miedo, pero me encantaría que pasaran cuarenta años, y en este mismo día, en esta mañana, recorrer con mi nariz tus blancos cabellos, mientras suspiro el aroma del mar y dibujo con la mirada las líneas bajo tus ojos, líneas que son el producto de tantas décadas a mi lado, un sueño cumplido y una eternidad por vivir con la arena entre los dedos de los pies… Te quiero...

5 comentarios:

Sir. Killian dijo...

Mmmmm como que el sol también esta saliendo por esta casa.

Y que se siga mejorando este clima :P.

Saludes dito.

Gigi German dijo...

Muy intenso, muy vivido. Tus escritos siempre me tocan, cuando te leo es como si lo que sintieras lo estuviera sintiendo yo.

te dejo un abrazo, pasa una hermosa noche.

Fabián Aimar (faBio) dijo...

Qué placer! qué bonitas palabras, y qué arte tienes niño!
Un post que me ha tcado fibras sensibles... muy buen trabajo
que tengas un buen día
abrazos
faBio

GaryXFile dijo...

gracias.

DITO dijo...

Hola

Gracias por??? =)