lunes, 26 de mayo de 2008

¿QUIERES?...

Estoy muriendo por ti. Quererte me hace desear morir para llevar mi alma hasta la sombra de tu regazo. Tú, mi inspiración. El cuento que se desliza en las páginas de mi vida, el viento que sacude mis ropas mientras contemplo en las montañas el mismo relieve singular de tu apacible amor. Te quiero, nada más importa. Una tarde el mar lo descubrió, aquello que una mañana percibí por primera vez, lo encantador de tu presencia, entonces se sintió celoso decidiendo mimetizar sus siete colores con la noche para dar el tono exacto de tus ojos. Hace mil siglos en medio del oasis del Sahara se dieron cita el ébano y el marfil, en una aparente lucha que se trasformó en el más bello huracán para adheridse a tu piel, y regalarme tan exquisito manjar. Tu sonrisa, la expresión que tantas veces imagino sellando con un beso, la expresión más dulce que nace de los sembrados de las cañas verdes que crecen en estas tierras, un gesto que derrama miel y se trasforma en arcoiris cuando las mariposas se acercan a beber un sorbo, de aquello que lucho por contener sólo para mí, entre estas humanas manos. Ternura infinita, como manantial cristalino de pureza se desliza cual cauce otoñal entre tus movimientos, entre esa manía que no comprendo, ese armonioso egoísmo de tu mano izquierda por tapar el brillo y la sensualidad sin igual de tus labios cuando las primeas alas fluorescentes empiezan a beber. Las horas avanzan, el sol corre la cortina, lee las primeras líneas, sorprendido me susurra al oído, se apresura por brillar con toda intensidad para lograr la cumbre de la tonalidad a las 4:30 de la tarde cuando su gama es por un momento lo que con ambición el océano quiso imitar, y que ahora el día con su máximo rey decide dar tributo, trayéndote a unos pasos de mi ventana. Te quiero, y no dejaré de decirlo, Dios lo dicto así. Si un día quieres más de la naturaleza sagrada que conforma tus esquinas, sólo debes pedirlo, pondría sobre tus dedos los anillos de Saturno, mientras en un tendido de estrellas te haría la propuesta final, aquella que me uniría por siempre a ti. Si quieres te doy el mundo, sólo promete nunca pedirme que te deje de amar…

viernes, 23 de mayo de 2008

ESTARÉ ESPERANDO...

Te vas, te marchas… sin tenerte, sin tocarte, sin acariciar los restos de tus mañanas te extraño. Esta madrugada fue dura, desperté alrededor de cinco veces, tu presencia no me permitía dormir, se colaba con pasión entre mis pestañas. Desde hace algún tiempo, las cosas por aquí han cambiado, no me siento el niño, el adolescente, no me siento el joven que quiere experimentar, correr, saltar, besar, jugar al tiempo con un manojo de labios, como en una partida de poker, mientras los corazones heridos explotan al sonar de los dados sobre el vidrio. No soy el que quiere sentir sobre la piel como el instinto primigenio, quiero sentir el vapor de tus labios en los contornos del alma. Mis nuevas sensaciones me hacen sentirme más hombre que nunca. Más caballero, mucho más humano. Tal vez algunos tienen razón y mi mente envejeció el alma, pero mis metas son diferentes. He empezado a soñar con tener una familia, ver los niños correr entre las arenas de tus huellas, ver tus ojos perdidos en sus muecas, y tus caricias bañando sus cabellos. No importa la riqueza, las joyas han perdido el brillo y el dorado que tanto odias, no significa tanto, si pensamos que juntos podríamos construir el único paraíso que existe en el planeta. Dios tiene un plan en mi vida, no lo conozco pero lo intuyo. Quiero que en ese plan estés tú, quiero quemar mi vida besando tus manos, subiendo tu camiseta cada noche, mientras mis brazos aprisionan tu espalda lentamente y empiezan a descender. Quiero que sea mi lengua tu despertador en los nuevos días, mis canciones el soporte de tus tristezas y mi violín el arrullo de tus nostalgias. Quiero esto y mucho más, por que es una realidad, ahora eres algo en mi vida, eres ese algo que llevo aquí, atornillado en la mente, adherido en el corazón. Mi amor, ¿te puedo llamar así?, nunca te lo pregunté. Si la respuesta es afirmativa, Mi amor, te voy a estar esperando en este mismo lugar…

miércoles, 21 de mayo de 2008

TE QUIERO...

Difícil no sentir miedo cuando el monstruo asoma su sombra por el borde de la cama. El miedo, no es sinónimo de no querer, por el contrario, es por querer que se teme, es por querer que el inconciente busca razones inexplicables para llevarlas a la conciencia en medio de cejas fruncidas y huidas repentinas. Es más fácil huir e intentar inútilmente desaparecerte de mi mente, que enfrentar lo que sucede. Este acertijo, que se disfraza de sueños, de frases delicadas y precisas, y que en la oscuridad de mi casa te permite verme, ver mi mundo, conocer de mí, conocer todo, llegar al punto de percibir entre las sombras una familia que te adoptaría, una familia que estaría dispuesto a crear con mis manos en un mundo lejano donde tus inseguridades sean mi inspiración y mis temores no sean más que el aliento de tu poesía sobre mi piel.

No puedo culpar a los años de mi visible inestabilidad, me declaro confundido, inseguro, no dejo de temer. Mis días han sido tuyos, y desde el momento que me paré frente a ti mi corazón saltó, cada noche, mañana, tarde, no importa el orden, salta con tu recuerdo. Una rutina se ha vuelto pensarte, una para la que debo prepararme y concentrarme, pues sé que mi mente causará dolor en mi pecho cuando los hilos de tu respiración crucen las fronteras y tejan el más tibio suéter sobre mis hombros. Te extraño. La vida se puede tornar confusa, los temores cada segundo más grandes, pero anoche, por primera vez en mis oraciones estuvo tu nombre, ese que mismo que tan hermoso me parece, ese mismo por el que pedí encontrarme una tarde, bajar de los cielos, y abrazar con la fuerza que sólo conoce el profundo sentimiento de no tenerte.

La mañana aquí empieza, y yo me preparo para un día contigo. El sol brilla intensamente, un frío suave sacude las cortinas, el carro amarillo ha desaparecido, miro las uvas y te recuerdo. No dejo de verme parado en la puerta de tu casa con ellas y un jardín de flores, una enorme sonrisa y unas palabras elocuentes para pedir tu mano, atraparla entre mis dedos para nunca soltarla. Yo sigo aquí, recreándome en tus palabras, brincando con un maletín de rosas entre tus melodías, imaginando un amanecer acariciando tus mejillas mientras descansan sobre este apacible lugar que palpita por ti. Te lo repetiría mil veces te extraño, tengo miedo, pero me encantaría que pasaran cuarenta años, y en este mismo día, en esta mañana, recorrer con mi nariz tus blancos cabellos, mientras suspiro el aroma del mar y dibujo con la mirada las líneas bajo tus ojos, líneas que son el producto de tantas décadas a mi lado, un sueño cumplido y una eternidad por vivir con la arena entre los dedos de los pies… Te quiero...

lunes, 19 de mayo de 2008

SONRISA ROJA...

Si, es verdad. Son palabras, frases, dulzura que nace de la confusión, caricias del alma sin sentido, noches que con luna o sin luna serian noches, nada más lejano a esa realidad. Volando herido con la cuchilla en la mano recorro los techos de tus vecinos, con las alas humedecidas de la sangre de tus labios, el corazón vengado y la mirada en alto como sólo la tiene el que sabe hacer lo correcto. Los labios abiertos y derramados entre el río rojo y las lágrimas que regalas a tus manos, son lo que merecen aquellas personas usurpadoras, hedonistas, que por su egoísmo y creciente locura, disfrazada en la complejidad de quien ama, han sabido mentir, ocultando lo que mi razón ha descubierto y lo que la intuición se esforzaba por explicar. Quien ha mentido no merece mucho menos, un poco más tal vez, por eso podría volver en cualquier momento, cierra bien las ventanas, ajustas las puertas, porque como un vampiro hambriento, la próxima ocasión no habrá salvación, con mis colmillos romperé tu piel, devoraré tu hígado, lameré tus costillas rotas, y con el dolor de un lobo herido levantaré tu corazón al cielo, como el trofeo conseguido.

La furia del león no es comparable, territorial en su manada, amoroso con sus cachorros, pero un demonio de ojos brillantes cuando se decide a morir o matar. Los sentimientos y la mentira son la peor combinación, una mezcla explosiva que al oxidarse a 25 grados produce odio, neurosis, psicosis demencial y asesina que busca inflingir el dolor más puro, aquel que sólo se siente cuando la piel se desgarra y los órganos estallan entre las garras. Aún más claro no podría ser, ahora que lo pienso entre los gritos de quienes te auxilian, era lo más lógico, ya me lo decían en el infierno. Tengo razón. No esperaré a otra noche, será hoy mismo, mientras duermes débil por la anemia, será hoy la noche en la que el cielo verá por primera vez el trofeo que te dio vida destruirse en mis manos, mientras una sonrisa roja se dibuja en mi rostro…

domingo, 18 de mayo de 2008

DEDICATORIA PUBLICA...





Tus ojos
(Autor: Manuela Mejía)

Ay no se como llegaste
yo ya no quiero dejarte ni un segundo más
no quiero despertar sin saber
cómo estas o a dónde vas
o si nos volveremos a encontrar
no sé como explicarte
tú me llevas a otra parte
no quiero regresar si me haces un lugar
no hace falta ya nada más
no hace falta más que...

Tus ojos
me dicen que en el cielo
están buscando una canción
y yo acabo de encontrar tu amor

Tus ojos
me cuentan el secreto
me dictan en tu dirección
y yo acabo de encontrar tu amor
Ay no sé como explicarte
tú me llevas a otra parte
no quiero regresar
si me haces un lugar
no hace falta ya nada más
no hace más que

Tus ojos
me dicen que en el cielo
están buscando una canción
y yo acabo de encontrar tu amor
tus ojos
me ocultan el secreto
me dictan en tu dirección
y yo acabo de encontrar tu amor...

viernes, 16 de mayo de 2008

¿UN POSTRE?

La metamorfosis que parecía aproximarse ha empezado. Esta mañana estuvo llena de ti, de tus anécdotas, de tus ojos tan familiares y de esa voz encantadora, que no deja de retumbar en mis pensamientos, esa voz que robó muchas horas de sueño, y que es imposible apartar de mi mente ahora que la quisiera escuchar como un murmullo de tus labios en el arco superior de mi oreja. No sé si esto sea querer o simplemente algo más. El miedo, la incertidumbre, y tantas cosas no vienen del temor a perder la razón entre los sueños y los fugaces momentos que compartimos en otras dimensiones. El miedo nace del soñar tanto, del cansarse que sólo sean sueños y momentos. Es mi primera vez en estas rutas, y no conozco los caminos, soy ajeno al protocolo que se sigue cuando los sentimientos nacen en la distancia. Desconozco mucho de tus temores, de tus virtudes, y tu de mí conoces tan poco; conoces mi temperamento impulsivo, los arrebatos de un corazón demente que se enloquece por encadenarte, conoces algunos de mis mejores atributos, de lo que mejor se hacer, y hasta sabes que me declaro impedido para prepararte los postres que tanto amas, pero que con gusto te haría el más delicioso: una tarde frente al mar, con un pizca de luna, tres rayos de sol y cinco cucharadas de polvo de estrella. No dudes que aprendería esto y mucho más.

El miedo es más profundo, viene del deseo que empieza por la parte baja de mis pulmones y sube cual guerrero incansable. Deseo que busca encontrar tu voz y sentirla a un centímetro de mis labios, mientras te digo, “ves que lo mejor de un sueño es hacerlo realidad”. Ese es mi temor, ese es mi deseo. Mi cerebro empieza a diseñar estrategias, armándose de razones para encontrarte, pues casi podría jurarte que con la duda que has sembrado no me pienso quedar. No voy a vivir con la incertidumbre de que seas tú, lo que alguna vez una mujer vio en las líneas de mi mano, y predijo que junto al mar, encontraría riquezas y tesoros. Quiero soñar contigo, pero más allá del sueño pasajero, que dura unas pocas horas, busco un sueño mágico que pueda cumplir. Un sueño que en la realidad, sea el más puro cuento de hadas, con ese toque de malos momentos que hacen que los sentimientos crezcan y se hagan fuertes como el volcán.

Mi vida no es tan perfecta, soy la flor que crece en medio del estiércol, y que debe sobrevivir para devolver algo a la tierra en la cual nació. Inseguridades tengo muchas, secretos no tantos, vicios… sólo uno, este que con el paso del tiempo parece hacerse más sólido. No busco un ángel, tampoco lo soy. No quiero lo común, bien que lo sabes. Pido a Dios una playa, inundada de huellas, con comisuras entre la arena, y con grietas afiladas del pasado. ¿Has visto que sucede cuando la ola abraza la arena y luego desaparece? Eso quiero ser en tu vida, el tsunami que descanse una tarde en tus arenas, y desaparecerlo todo, dejando sólo lo necesario para luchar juntos el sueño que se puede hacer realidad...

jueves, 15 de mayo de 2008

EL ARTE DE CONFIAR...

Con miedo a descubrir a plena luz del día los archivos de la conciencia me aproximo a desatar la cinta que los oprime. Esta tibieza que recorre mis venas llegó en una hora extraña, por lo general, no bienvenida con la luz del sol, llega de la nada en las noches más frías, cuando los charcos vibran entre las ondas de los pétalos que descienden de las nubes. Qué estoy imaginando. La sinceridad de tu mirada, de esa misma que conozco en dos dimensiones, pero que ha sido suficiente para neutralizar gran parte de la razón y redondear las puntas del espíritu indomable. Qué si te veo. La respuesta es afirmativa, tal vez es culpa de nuestra última charla, de los pensamientos que cautivaron mi epidermis mientras se escabullía por las sabanas. He vuelto a soñar contigo. Como un presagio del destino tus brazos se apoderaron de mi pecho mientras me esforzaba por atraparte con mis piernas, disfrutaba de tu amplia sonrisa, de esa misma que tantas veces sujetas y no liberas. Aún puedo escuchar tus gritos, ver tu rostro inclinado hacia atrás escapando de mis agarres pasionales, aún siento la textura de tu cuerpo contra al mío, aún puedo verte junto a mí como dos lobeznos que aprenden en el juego el arte de matar, y en nuestro caso el arte de confiar. La primera etapa ha empezado, me acostumbro a ti, te empiezo a pensar aún sin que algo me recuerde tu existencia, sólo la idea de que en este mismo planeta estamos los dos. El gusto se asoma juguetón entre el movimiento arrítmico de los dedos de mis pies, que danzan al compás de los latidos de tu corazón. Ese mismo que ahora en la distancia empiezo a escuchar, empiezo a sentir y al que he empezado a dedicarle una parte de mí. Aún cuando la razón se encuentra en las aguas del alcohol, me dice al oído con su voz sin tonada, que todo será una ilusión, que pronto el amor tocará tu vida, y de esto tan sólo quedara esto, las palabras aquí escritas, los coqueteos en las noches y las miradas congeladas. No importa, sé que el amor te llegará, pero espero que ese día sea fácil para mí zambullirme en las profundas corrientes del olvido y desaparecer…

miércoles, 14 de mayo de 2008

EL REGALO PERFECTO

Decir lo que siento me haría débil a mis propios ojos. Qué decir entonces. No hay necesidad de decirlo, basta con expresar que fue como un puño a pecho abierto, directo al centro del maltrecho corazón. La verdad me sorprendió, ese tipo de jugadas no se esperan de alguien como tú, o al menos de alguien que creí que eras. Un jaque mate que degolló la cabeza del rey frente a los ojos de su amada. Me equivoque. Gran equivocación la que se comete a veces, errores que no perdonan, pero que sirven para aprender. Esto puede continuar como puede terminar. En medio de baladas mis sentidos no son certeros, y el cerebro juega en el pentagrama, saltando los argumentos y dando espacio al vaivén ambiguo de mis expresiones. El código se hace evidente. Parafraseo de unas mezclas que ocultan el sentido, que guardan en los armarios de los diptongos lo que nunca se aceptará y aquello que jamás se extenderá como la tela transparente frente a la soleada ventana. Ya no estés triste amor, no hay porque estarlo. Nunca he dicho ser perfecto. La perfección no es humana, y lejos estoy de tus galanteos mutantes que te hacen tan disímil a este pobre hombre de enorme humanidad. Nunca intenté parecer perfecto, pues lo imperfecto que soy me hará perfecto a los defectos de otro ser tan humano como yo, que en un día no muy lejano, encuentre el rompecabezas más bello entre sus virtudes, y mis temores, entre mis dones y sus pecados. El insulto es educado y fino, la ventaja de ser tan perfecto como Euler, se une e intercala entre el aparente escrito, pero se encuentra depositado en línea vertical y sumatoria exponencial, por lo que estoy seguro que sólo una mente entrenada en las artes de lo diferencial y lo vectorial podría encontrarlo, artes que has aclarado no son las tuyas ser de poca fe. La ironía es bella en tanto más delicada y sutil, hermosa cuando la ves y no descubres que es para tí, la ironía numérica es que lo que hoy lanzo desde la guarida de mi habitación, una ecuación que nunca descifraras, un cofre de 37 líneas que guarda un regalo de este hombre tan malvado como lado por lado imperfecto; para tu imponente, santísima y majestuosa "perfección"…

lunes, 12 de mayo de 2008

VOLVER A VIVIR...

Me das motivos. Motivos que la razón entiende pero el corazón no comprende. Me das motivos para olvidarte por siempre, para borrarte de mi mente pero no del corazón. Qué haré con la terquedad de este palpitar que te ha vuelto a extrañar, de este palpitar que vuelve ha añorar tu piel. No lo entiendes corazón, no entiendes que te hicieron feliz, pero luego con una motosierra te perforaron una y otra vez, por qué esta tan difícil comprenderlo. No quiero sufrir más en vano. No quiero recordar, preferiría caer en un sueño profundo del que no pueda despertar. Llevo horas pensado con seriedad, es tu culpa, no has querido olvidar del todo, y eres frágil a los recuerdos, pienso definitivamente desaparecer como el viento, huir en medio de la noche, perderme en la bruma donde pueda arrinconarme y llorar sin cuestionamientos, donde el tiempo, y las esquinas no estén plagadas de ese aroma cítrico, de los besos que me robaste y de las caricias bajo el mantel de las mesas. Quiero escapar a otros continentes, llevarme conmigo sólo lo indispensable, lo necesario, llevarme este cuerpo lastimado, el amor por mi familia, una pluma y las hojas sobre las que escribo, las mismas que ahora son los únicos testigos del profundo sentimiento que habita en un ser humano donde la gravedad no llega hasta su tórax, y los órganos rebotan contra las paredes, produciendo tanto dolor, tanta nostalgia. Se me hace raro no tener las manos humedecidas en la llovizna de tu memoria. El dolor se siente como el golpe de un mazo sobre el cuello, hasta podría describir el camino que recorre la sangre que se desliza por mi espalda y se pierde en mis talones. Necesito olvidar tus muecas, tu caminar desconfiando y la manía de tus dedos acicalando las cejas, bajando por la nariz y terminando en la boca. Debo olvidar, olvidar que me quisiste, que aún me puedes querer, es esta la oportunidad, la oportunidad de escapar y volver a vivir…

¿ME REGALAS UN "NO"?

Prefiero los estantes vacíos, así están bien. No me gusta lo que todos tocan, no me gusta ser parte del montón. Prefiero besar una vez, pero hacerlo sobre una cascada limpia que hacerlo mil veces sobre el agua sucia. No tiene merito alcanzar la cima que todos alcanzan, no tiene merito conseguir de tus discursos lo que todos tienen, lo que cualquiera podría tener. No hay razón para sentir, si tus dedicatorias las regalas sin medida, como quien suspira en medio de la somnolencia. No hay razón para esto, para esto que de nuevo he creado como un juego pseudo amatorio entre mis neuronas. No hay razón para que pase, para soñar. Realmente prefiero no soñar, a soñar con lo que todos sueñan, quiero un sueño exclusivo, donde lo latente y lo manifiesto sean uno solo, busco con desespero un onirismo en un código que sólo mi egoísmo puede descifrar. Realmente es decepcionante que tus manos se abran a la lluvia, cuando podrían abrazar el mar, es tonto pensar en el futuro, cuando tu presente te rodea de lo que ahora en la distancia no te puedo dar. Es inútil tenerte para mí, es un intento en que casi el perder es lo más seguro, es un intento en el que ganar es tan imposible como aquel que quiere aplastar las sombras con las plantas de sus pies. No quiero un premio, no quiero ese premio del que todos gozan, quiero un trofeo mío, uno que pueda exhibir sin vergüenza, sin la creciente humillación de quien es amado en la oscuridad y en la luz es sólo la migaja que cae de la mesa del panadero, una de tantas, una que si desapareciera no lograría que el mundo dejase de girar. No intento detener el planeta, intento detenerte a ti, intento una utopía, una en la que no podrías decir “no”, porque tu esencia es así, soy aquel que debería conformarse, pero soy aquel, que quiere que digas “no” al mundo y alimentes al niño que intenta jugar deslizándose en tus tobillos los próximos cien años…

domingo, 11 de mayo de 2008

LA LLAMADA ESPERADA...


Aquello: Hola
Yo: ¿Con quién hablo?
Aquello: Soy yo…
Yo: …

150 días después tu voz ha buscado mis sentidos. Esperé tanto este momento, con lágrimas, sonrisas, en medio de eternas madrugadas, de noches solitarias y nublados atardeceres. Siempre imaginé una y otra vez como sería escucharte, que sentiría, me veía en medio del espacio imaginario corriendo hacia tus brazos, esos que tanto ame y que me enseñaron los placeres de la piel y el corazón. 150 días en los que te he pensado cada uno de ellos, en los que he maldecido el momento en el que te conocí, días en los que me he llenado de la esperanza de volver a tenerte, y en los que en ocasiones te odio como nunca lo hice con alguien, días blancos y negros, matizados con recuerdos rosados y grises.

Aquello: ¿Cómo estas?
Yo: bien…
Aquello: Estoy de visita en Cali, mañana me marcho, quería invitarte a cine o a comer ese plato que tanto te gusta.
Yo: No, no te preocupes. Mejor cuando vuelvas con tiempo celebramos tu cumpleaños y el mío, que por cierto no lo hicimos…

No sentía, las palabras se entre cortaban entre tus labios y los míos. Hubo momentos de muchos silencios, en los que reconocí aquel mutismo que tantas veces logro penetrarme el alma. Siento algo, no sé que es, pero no es amor. No es el amor de aquel tiempo, en el que no hubiese dudado en entregar mi vida por ti, no es el amor con el que alguna vez empuñe las manos con ira para salir en tu defensa. No es ese amor sumiso y profundo que hubiera aguantado el fin del mundo a tu lado. Ese amor supremo, que ahora no sé si fue amor, ya no está. Esto aquí esta vacío, el hueco que dejaste aún no esta lleno, aún no crecen flores en él, pero se hace el intento, me esfuerzo por regarlo y abonarlo. Debo confesarlo tengo un profundo cariño hacia a ti, cariño… pero no es amor. ¿Se podría convertir de nuevo en amor?, no lo sé. La respuesta esta en Dios, y hoy confío en su infinita sabiduría para guiar mi vida.

Aquello: Mmmm… (Silencio que me sacudió), entonces nos toca celebrar el 30 de diciembre, porque en esa fecha vuelvo…
Yo: No importa, celebramos, y pues si yo voy de visita, te busco…
Aquello: Esta bien, ya que no quieres verme, me despido de una vez, que Dios te bendiga y te deseo lo mejor del mundo, sé que siempre te va a ir muy bien en la vida, me saludas a tu mamá y a tu hermano.
Yo: Lo mismo te digo, que Dios te bendiga, saludame a toda tu familia y cuenta siempre conmigo si en algún momento me necesitas…

Se van tantos momentos a la basura, pasiones, objetos, versos y lo más doloso… juramentos frente a Dios, juramentos que no cumpliste. Una nueva etapa diviso en el horizonte, ese momento que tanto esperé llegó, lo viví y ahora sólo es el pasado traído al presente en lo efímero de las frases. Tal vez sea la última vez que sepa de ti, tal vez fue la llamada el final de la escena que llegamos a compartir por tanto tiempo. No hay llanto, no hay dolor, hay esperanza del futuro venidero, un futuro donde parece que ya no hay lugar para ti…

Aquello: Esta bien, chao.
Yo: Chao!
...

viernes, 9 de mayo de 2008

SERÁ LO MEJOR...

Será lo mejor, desaparecer por un tiempo mientras la estupidez despeja estas llanuras, que como en un “masoquismo inconciente”, descrito tan perfectamente, se ha ensañado con lo más palpable de este ser humano. Es la estupidez lo que ha llegado hasta aquí, o es el sentimiento puro lo que me recorre en vientos helados desde los pies hasta la punta del cabello. Es la estupidez de quien se siente atraído por lo desconocido, casi enamorado e ilusionado de lo jamás tocado, de lo más lejano, o es el sentimiento puro del que ha logrado ver la esencia a través de las tildes, del que llegó a lo más cautivador en medio de la creciente frivolidad de prender y apagar una ventana que conecta a la nada, un espacio vació que me conduce hasta ti. Es esta adicción lo que me confunde, es el vicio de leerte, el dolor que siempre se ha sentido en los pulmones, del que ahora conozco la causa, el dolor que produce no respirar tu mismo aire, el aroma que brota de tus calles y los vientos que contonean las flores de tus montañas. Lo mejor si que será desaparecer, lo mejor será ser lo que los demás ven, y dejar de lado lo me conecta contigo, este vicio que se acrecienta en cada tecla, en cada pensamiento, en el planear que decir mientras recorro cada mañana los intricados caminos de la ciudad. Lo mejor será ayudar el olvido, y concretar lo planeado. Lo mejor es buscar tus labios en otra parte, enseñar a un cuerpo extraño la forma correcta de transformar el sentimiento en silabas, y así hacerlo un poco más parecido a ti. Esta noche la música aturdirá mis oídos, miles de ojos buscaran encontrarse en la penumbra luminosa de mil colores, centenares de labios encontraran algo parecido al amor, mientras en compañía de los que se hacen llamar mis amigos, como un escultor incomprendido esconderé en mis bolsillos la plastilina necesaria para crearte, un libro de poesía para enseñarte y un manual para entrenarte. Hoy estaré preparado, para construir aquí, junto a mi, alguien igual que tú, que por un momento borre este vicio y me ayude a olvidar. Será lo mejor, dejar de soñar que serán mis brazos quienes te levanten cuando caigas, es mejor olvidar que mi sonrisa será el pañuelo blanco que seque tus lágrimas, será lo mejor…

martes, 6 de mayo de 2008

MIENTRAS ESPERO DESPIERTES...

Esta ciudad que me vio nacer llora entre las grietas de las calles, lagrimea en las farolas luminosas de cada esquina, y se estremece en los ruidos de los grillos que cantan como lobos a la luna. Me he vuelto ingrato, desagradecido de sus días luminosos, tibios y ambivalentes. Cómo puedo extrañar lo que no conozco, cómo he llegado a sentir celos de la nada, de las personas sin caras, de los rostros que han remplazado las curvas del perfil por letras coloridas, admirables en su sentido pero vacías en su esencia de ser lo que son, letras. Me siento intrigado, cautivado, capturado, encadenado en las argollas soleadas de tus playas, en las frases más armónicas y en lo más triste que denotan tus matices. Estoy en medio del embrujo que causan las tierras lejanas, en medio del hechizo seductor que me lleva ambicionar revolcarme entre tus ropas, tomar tus manos y subirlas por mis muslos, acariciar tu cabello mientras te someto en lo más íntimo de la línea que parte mi pecho y desciende por mi ombligo; hasta asfixiarte en mis músculos para que entiendas que la soledad terminó, que la escena ya no esta vacía, que somos los dos, en un mundo que trasciende de la ambición al egoísmo, de lo pasajero a lo inútil. Sueño con tus labios, me obsesiono con los pliegues que tal vez nunca llegue a tocar, suspiro con fuerza para sentir tu aroma a través de las fronteras. Te extraño sin tenerte, me lastima no tenerte sin conocerte, me emociona un día encontrarte, me inspira leerte, y he llegado a besarte esta mañana al voltear mi rostro en la almohada mientras dormías, mientras duermes, mientras espero despiertes…

lunes, 5 de mayo de 2008

CISNES DORADOS...

Las libélulas revolotean en un enloquecido descontrol sobre las aguas confundidas que se agitan en el lago de estos labios. Son libélulas complejas que buscan de nuevo posarse sobre la superficie para intentar dejar los huevecillos que en el pasado no llegaron a germinar a causa del grave invierno, que como un mago de antaño lograba congelar y descongelar los causes a su voluntad. El tiempo pasó, el invierno, se hizo primavera, luego otoño y ahora deambula entre un intermitente, otoño-invierno. Anoche fue el reflejo de la transformación de estas aguas, de que tus negras plumas aquí ya no se extrañan. Aquí se esperan cisnes de cuento, que desciendan y reconforten los caudales, se esperan vientos de calma que traigan consigo azules y verdes, colores tibios y contrastantes. Fue un momento difícil luego de tanto tiempo, ya no recordaba lo que me hacia odiar los instantes en los que te sumergías en mis brazos, pero lo recordé. Los segundos pasaban, las nubes blancas, tostadas y crocantes entraban una a una en mí, no lograba ver las imágenes, confundido permanecía como un zombi sentado frente la gran pantalla, mientras en mis manos se podían sentir los granos del salado vicio, que contaminaban a cada segundo cada una de las gotas que permanecían en el vacío interminable de la ausencia. Lo recordaba todo, pensaba en la semana, en las cosas que se despertaron. Pensaba en el pasado más cercano, y ahí estaba el dolor certero, pues sin razón aparente empecé a ver tus ojos negros, tu piel blanca, tu sonrisa tímida en rostros desconocidos, recordé lo especial que me sentí a tu lado; las promesas, mentiras y lágrimas. De repente, una caricia salpica sobre mi piel, como aceite de caldera, y me trae de nuevo a la realidad. Una caricia que dolió, que me hizo entender que no hay lugar para ti, que por más que lo intentes sólo logras reavivar pasado intrascendente, no llegas hasta aquí, hasta este lugar sagrado donde se espera que pronto cisnes dorados desciendan en un último milagro…

sábado, 3 de mayo de 2008

NO LO COMPRENDO...

Son horas intensas, que suben y bajan como en una montaña rusa. A veces es mejor huir, conocerlo todo no parece la mejor opción para mí. Estoy escapando con desespero en medio de la tormenta, de los truenos que aturden mis pasos. Es mejor no ilusionarse con la puesta de sol, pues el eclipse normalmente esta cerca, asomado en una esquina de la calle para aparecer en el momento propicio, cuando la pasión y la luz se mezclen con todas las fuerzas del universo. No me sorprende lo que pasa, y ojala pase pronto. Me miro en el reflejo de los charcos y una espesa espuma no permite que los detalles sean claros. No conozco esa silueta, esa silueta enloquecida, que encierra sentimientos apresurados, que no dejan de golpear las ventanas de este ser humano. Hay sensaciones que reconozco, pero no es momento para sentirlas, hay canciones que empiezo a buscar con desespero, hay cosas que me esfuerzo por descubrir, pero no hay explicación. Entre más pasa el tiempo, menos debería de sorprenderme y mucho menos asustarme, pero si, estoy asustado como el niño que ha soltado la mano de su madre en medio de la muchedumbre. Siento pánico, vergüenza, tristeza, es un huracán del que no puedo escapar, que revienta los tímpanos con el zumbido mortal que nace de su centro, tan delicado, fino y puntiagudo, pero capaz de perforar el acero. Y si, parece ser locura, no hay razones para que me inquiete lo que me agobia, busco en los archivos de la mente y no encuentro nada, pero en los cajones de mi alma hay algo en otro idioma, que no logro entender, aunque frente a los demás soy el mejor traductor, en esta ocasión me declaro derrotado, no lo comprendo...

EL LOCO CON SUS LOCURAS...

Como el pájaro que ha quedado aprisionado en la mano, mientras los otros cien continúan desafiando el viento. Como la aguja que se perdió en el pajar, y aunque más dura, firme y poderosa no puede hacer nada contra la cantidad que la oculta. Como Rapunzel en lo alto de la torre, pero sin cabello que le permita al príncipe subir por ella. Este sentimiento es el que ha hecho nido en la boca del estomago con los desechos de un corazón marchito y resquebrajado. Tus palabras han sido como el látigo despiadado que forma asimetrías en mi espalda depredando a cada golpe los restos de mis ilusiones, de esto que pensé vivir contigo aquí, en este espacio aparentemente tan frió pero que con nuestro calor, y la esperanza de encontrarnos algún día hubiese sido diferente. Ya veo que no lo entendiste, aunque en tus palabras y dedicatorias ahora aparecen frases mías, como un proceso del inconsciente, como un acto fallido sugerido por Freud. Las intercalas entre los párrafos, dando forma a lo que para mí ha sido como una cachetada a la mitad del verso. No pretendo tampoco que lo hubieses entendido, como un loco con sus locuras, me ilusione en tu imagen, en las esquinas más sutiles de un rostro que debe ser el tuyo, me sentí desnudo en tus letras, me eroticé en tu gama cromática, y mi memoria guardó tu esencia, esa que te hace un ser tan amado, tan distante e imperceptible a la piel que recubre este cuerpo, pero tan cercano, conocido y extrañado por cada una de las costillas que como arpones de oro cubren esto, esto que tu espacio se robó en pocos días, esto que al parecer quedará en eso; porque como el loco con sus locuras me aferré a ti. Cuando tú, como el cuerdo con su pasado te aferras a él, sin conocerme, sin saber nunca de mí, aunque leyéndome y descifrando entre líneas, no lograste entender que en estas tierras calientes de tardes doradas había un espacio para el rocío que nace de tu espíritu…

viernes, 2 de mayo de 2008

UNA TARDE...

Escribiendo temeroso, cauteloso e inspirando. Escribiendo para tu mirada, para tu regocijo, una nueva dedicación para ti. Es increíble lo que le esta sucediendo a mi organismo, no sé si ocurre en el corazón, en el alma o la ambigüedad de lo que parecen ser mis sentimientos, pero es una fuerza que esta aquí, clavada entre la dureza del esternón y los bordes de mi espina dorsal. Es una fuerza que parece nacer de la nada, conquistada por tus palabras, por el acromatismo que conozco de tu sonrisa, por la textura que siente la palma de la mano, cuando en este atardecer apareciste en mis sueños, y me sumergí como un niño entre tus cabellos, y pude sentir en mi piel la arena que contempla tus pies. Si fuese mar, brisa o sal, tal vez estaría más cerca de ti, y así robarte ese beso que ahora se me antoja. Siendo mar te atraería a mis aguas, te ahogaría en el amor dulce que sólo conoce un tsunami que nace de las manos de Dios. Pero si fuese océano, no podría disfrutar día a día de tu espectacular mirada, de tu sentido común, de la frialdad enigmática de tu racionalidad, y de la majestuosa pasión que exhibes cuando crees en algo. Qué como lo sé, por tus frases, tan cargadas de todo, de ese todo que me hace escribir contigo jugueteando entre mis pestañas. Ya lo decidí, definitivamente no quiero ser el agua que tanto amas, prefiero ser lo que soy, e ilusionarme con enamorarte, con llenarte de mis versos, con viajar por el mundo y encontrar las manos que se esconden en las letras, con llevarte del brazo a la playa que tanto amas, sonreír y bañar tus cabellos con manantial sagrado, mientras me acerco a tu rostro para colocarlo suavemente contra mi pecho, recitándote uno de los miles de pergaminos que escribiría inspirado en ti....